Ganaderos del Archipiélago aprenden a ser pastores sostenibles

Ganaderos del Archipiélago aprenden a ser pastores sostenibles

El Gobierno de Canarias ha impartido un curso sobre técnicas de pastoreo con las que se busca garantizar la protección del territorio canario

TENERIFE.- El pastoreo responde a las necesidades de los ganaderos de alimentar a su cabaña ganadera. Los pastores de antaño poseían conocimientos varios sobre los efectos de la calidad de la alimentación animal en la leche y los quesos que se obtienen de ésta, las diferentes especies forrajeras que sirven de comida al ganado y sus propiedades, y el racionamiento de los alimentos en función del estado productivo, entre otros muchos asuntos. A estas cuestiones se suman en nuestros días, diversos aspectos relativos a la normativa ambiental, que toda persona que quiera dedicarse a estas labores debe dominar.

Los cambios experimentados por la legislación en este campo en los últimos diez años- los cuales han servido para regular los espacios donde se puede desarrollar esta actividad con el fin de proteger los recursos naturales- ha sido uno de los temas centrales del curso formativo sobre pastoreo sostenible que se ha impartido en la Escuela de Capacitación Agraria de Tacoronte, adscrita a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias.

Esta actividad formativa ha reunido durante una semana a una veintena de alumnos con perfiles muy diferentes, desde jóvenes que ven en el pastoreo una interesante salida laboral y desean incorporarse al sector agrario, hasta técnicos o ganaderos expertos que ya se mueven en este mundo pero que quieren adquirir o consolidar sus conocimientos en este ámbito.

En estas jornadas educativas se han expuesto asuntos vinculados al aprovechamiento de los pastos y recursos locales en la conservación de las razas ganaderas autóctonas; la importancia del pastoreo desde el punto de vista de la gestión medioambiental –como el mantenimiento de cortafuegos, fundamentales en la prevención de incendios-; el manejo sostenible de los pastos naturales-los cuáles constituyen un importante ahorro frente a la compra de forrajes industriales, que representan el 70% de los gastos de las explotaciones ganaderas de Canarias-; o la ordenación eficiente de las zonas de pastoreo.

A nivel internacional se observa cada vez más el avance de la desertificación y las agresiones medioambientales ligadas al pastoreo, que, por lo general, se deben al abandono de los sistemas tradicionales, en particular por la introducción de razas nuevas o bien debido a la destrucción del medio natural para convertirlo en recursos pascícolas, es decir, destinados a la alimentación del ganado.

En Canarias, previo al inicio de la segunda mitad del pasado siglo se produjo una intensificación de la explotaciones, lo que repercutió en el manejo de los rebaños que se alimentaban con pasto. A partir de ese periodo, la carga ganadera, es decir el número de animales que pacen en un espacio, se incrementó en muchas zonas, generando serios problemas en cuanto a la preservación de la vegetación.

El desafío al que en la actualidad se enfrenta el Archipiélago para hacer un uso racional del pastoreo pasa por el aprovechamiento de las nuevas condiciones que permitan preservar el paisaje sin que eso conlleve un deterioro en la calidad de los productos, que viene dado en buena parte por el consumo de plantas autóctonas.

Se requiere para ello, establecer la oportuna planificación del territorio de tal forma que permita favorecer, mantener y ampliar las zonas de pastoreo; mejorar los pastos naturales en aquellas zonas que climatológicamente resulten más favorables; y estudiar la posibilidad de utilizar cortafuegos como zonas de pastoreo controlado.

Sin duda alguna el presente y futuro de esta actividad, que sigue siendo importante en las Islas, especialmente en El Hierro, La Palma y Gran Canaria, pasa por la sostenibilidad de la actividad, en equilibrio con la protección del territorio canario.

Quesos singulares

Los asistentes a este curso participaron en distintas actividades prácticas, en las que aprendieron, entre otras cuestiones, a calcular la capacidad de carga ganadera, es decir, a conocer la presión que el ganado puede ejercer sobre la vegetación en relación a lo que el ecosistema produce, para saber cuál es el número exacto de animales que pueden introducirse en una parcela a pastar sin comprometer la viabilidad de la flora, o a apreciar las diferencias entre los quesos elaborados con leche de animales que se alimentan de pastos naturales de aquellos que se obtienen de pastos industriales.

En una cata comentada, los alumnos pudieron constatar que frente a estas últimas producciones, las primeras no sólo presentan un olor y sabor diferente, si no que también, según demuestran numerosos estudios de carácter científico, son más saludables.