«Canarias ante el desafío de su supervivencia».

«Canarias ante el desafío de su supervivencia».

REDACCIÓN.- Canarias atraviesa un momento decisivo en su historia, que determinará para siempre no solo el modo de vida de sus habitantes sino el entero destino del territorio tal y como lo conocemos. Estamos presenciando en la actualidad la culminación de un plan económico que lleva décadas en curso y que viene modificando irreversiblemente y que aún transformará para siempre, el equilibrio ecológico que aún conservan ciertos espacios en las islas pese a la destrucción y expolio perpetrados de forma sistemática durante siglos. La configuración de dicho modelo económico se dirige única y exclusivamente desde las cúpulas empresariales en base a intereses codiciosos y egoístas, trazando las políticas que luego habrán de aplicar quienes se supone deberían velar por los intereses del pueblo como representantes electos que dicen ser. No es ningún secreto que la mayoría de grupos políticos que alcanzan cuotas de poder dentro de los diferentes aparatos de gobierno dirigen sus esfuerzos, no hacia representar el interés de la mayoría social y velar por la preservación de los ya de por sí mermados recursos y espacios naturales canarios, sino hacia la consecución de mayores beneficios económicos para esa minoría sin escrúpulos que maneja los hilos del poder a su voluntad.

La A.D.N.T. considera que son muchas las razones que nos deberían empujar a cambiar el actual modelo político-económico de manera urgente. Los síntomas de la grave enfermedad moral que afecta al pueblo canario y que pareciera paralizarlo cuando se trata de organizarse y luchar por defender sus intereses como colectivo y más importante aún, garantizar un futuro digno para los que están por venir, se hacen evidentes cuando comprobamos la impunidad con la que se ejecutan todo tipo de proyectos tan innecesarios como costosos. Los últimos acontecimientos ocurridos tras las recientes tormentas ponen en evidencia la inviabilidad y precariedad del modelo que se nos impone pese a las reiteradas advertencias de los expertos que anuncian un colapso ecológico inminente. Desastres ecológicos, que quedan velados por la sobrecarga informativa con la que se somete a la población a un estado de resignación cómplice. Las propias fuerzas de la naturaleza revelan una y otra vez cuán ineficaces y frágiles son las infraestructuras sobre las que se pretende basar el desarrollo económico en las islas.

Plataformas petrolíferas ubicadas junto a espacios naturales costeros especialmente vulnerables, que ante una tormenta de viento quedan a la deriva golpeando buques y provocando escapes de fuel; inundaciones y vertidos que arrojan directamente al mar todo tipo de inmundicias y productos altamente tóxicos provocados por una inexistente planificación urbanística en zonas que antes fueran desembocaduras de barrancos y ramblas con torrentes obstruidos por el hormigón y la basura acumulada; la pérdida definitiva de suelo productivo y forestal debido a el abandono de las labores agrícolas y a la degradación de los espacios naturales protegidos, comportando una erosión catastrófica; así como otros muchos desastres que podrían evitarse de existir una conciencia medioambiental que guiara por los caminos de la razón y el respeto nuestra actuación sobre un territorio tan sensible y delicado. A todo esto se suman la nula rentabilidad y la insostenibilidad de un marco energético basado en energías fósiles, altamente contaminantes y potencialmente peligrosas para el medio natural y las personas.

Petróleo y Gas vs Energías Renovables.

La reciente anulación por parte del Tribunal Superior de Justicia de la autorización inicial para construir una regasificadora en el anti-popular Puerto Industrial de Granadilla, ofrece un alivio ante el atropello continuo al que se ven sometidas las aspiraciones de quienes aún creen en un archipiélago sostenible y limpio de corrupción. La soberanía alimentaria y energética que permitirían romper con el lastre de dependencia crónica que condiciona nuestra sociedad y su capacidad de desarrollo no son ninguna utopía inalcanzable. Aunque de seguir a este ritmo con el poder efectivo acaparado en manos de auténticos ladrones de guante blanco amparados por leyes hechas a medida de sus necesidades elitistas, muy pronto se hará sencillamente inviable pretender un cambio de rumbo por no existir alternativas realizables. De este modo al tiempo que hipotecan el futuro de Canarias y su población, afianzan las bases de un modelo depredador que esquilma y destruye sin piedad cuanto queda fuera de sus márgenes de beneficio.

La lucha por un uso eficiente y sostenible del agua en su ciclo integral, no pasa únicamente por impedir que sigan emitiéndose vertidos de aguas residuales sin procesar al medio natural, por potenciar la creación de una red de depuradoras eficientes y de bajo mantenimiento o por frenar el consumo desmedido que el monocultivo turístico propicia, sino que debe señalar directamente al mismo origen del problema en sí: La propiedad del agua y el acaparamiento de este recurso vital por aguatenientes que poseen títulos de propiedad que datan de los tiempos de la conquista, revalidados durante la dictadura franquista como pago ante la lealtad demostrada por los caciques y familias herederas del pacto colonial. Contaminación, despilfarro, cambio climático y crisis alimentaria son males que tenemos que afrontar desde una perspectiva realista en virtud de aportar soluciones pero sin perder de vista el origen de éstos. Origen que estriba en la naturaleza del modelo en sí mismo, con actores protagonistas bien identificables que siguen parapetándose tras instituciones pretendidamente democráticas que solo sirven para proteger intereses particulares por encima del bien común.

La A.D.N.T. entiende necesario hacer uso de cuantos recursos y actuaciones posibles permita el actual marco legal de cara a frenar el despropósito, aunque sin olvidar que el compromiso personal con unos hábitos de consumo sostenibles y la puntual desobediencia ante una legislación tramposa se hacen igualmente necesarios. Organizarse de forma asamblearia, transparente, coordinada y asumir la divulgación de conocimientos como antídoto ante el mal de la ignorancia que asola nuestro país, son el paso previo para poder afrontar con garantías una ruptura necesaria y urgente. El tiempo para darle la vuelta a la situación se acaba.

Juntas y organizadas somos fuertes. Aisladas y resignadas somos como hojas a merced del viento. Pero no olvidemos que toda hoja tiene su rama y ésta a su vez un tronco con unas raíces poderosas que alimentan el organismo en su conjunto. Asumamos pues el problema presente desde la raíz misma, para conseguir evitar la hecatombe tan largamente anunciada y para que los frutos de nuestro sacrificio puedan ser las semillas de un mañana esperanzador.

Asamblea en Defensa de Nuestra Tierra en Tenerife a 22 de Marzo de 2018