Dermatólogos recuerdan la importancia de proteger lunares, pecas y verrugas del sol

Dermatólogos recuerdan la importancia de proteger lunares, pecas y verrugas del sol

ADEJE.- La dermatóloga Nayra Merino apunta que estas lesiones pueden degenerar en malignas y aconseja el uso de fotoprotectores y gorras. Para aquellos más sensibles es recomendable tomar complementos orales y enriquecer la dieta con alimentos ricos en betacarotenos

Personas con más de 50 lunares en el cuerpo, antecedentes familiares o personales de cáncer de piel, que sufrieron quemaduras en la infancia, que hacen actividades al aire libre, inmunodeprimidos y usuarios de camas bronceadoras han de tener un cuidado especial

14 de agosto de 2013 – Los lunares, las pecas y verrugas son una parte de nuestra piel a la que debemos prestar especial atención durante y después del verano. El sol puede convertir a los primeros en lesiones malignas y multiplicar la presencia y oscurecer a las segundas. Por ello, la dermatóloga del Hospital Quirón Tenerife Nayra Merino de Paz recuerda la importancia de proteger especialmente estas zonas del cuerpo tanto con protectores químicos (cremas solares), como con barreras físicas (gorras, camisetas…).
La doctora Merino explica que prácticamente el 100 por cien de las personas tiene algún nevus melanocítico adquirido (conocido comúnmente como lunar) que normalmente aparecen entre los 20 y 30 años. Además, entre el 1 y el 2 por ciento de la población muestra uno o más lunares en el momento de nacer (nevus congénitos), que suelen ser de mayor tamaño, más oscuros y pueden tener pelo en superficie.
“Estas lesiones pigmentadas pueden degenerar en lesiones malignas por acción del sol, por lo que la fotoprotección mediante filtros físicos y químicos frente a radiación ultravioleta A, B e infrarrojos con un factor de protección por encima de 30 es fundamental”, subraya la especialista, para luego dejar claro que las pecas (léntigos) y las verrugas “también deben protegerse ya que suelen aumentar en número y volverse más oscuras con el sol”.
Añade que es muy importante realizar un uso correcto del fotoprotector: aplicándolo a diario en zonas fotoexpuestas y repitiendo esta acción cada cuatro horas si se está expuesto al sol y después del baño. También insiste en que es recomendable evitar tomar sol durante las horas centrales del día, es decir, entre las doce y las cuatro de la tarde. Además, se debe usar gorra, gafas de sol, ropa con factor de protección y ropa amplia y clara, así como abundante crema hidratante tras la exposición.
La doctora Merino señaló que para personas especialmente susceptibles también existe la posibilidad de tomar complementos orales con agentes fotoprotectores y, como normal general, también podemos adaptar la dieta en verano con alimentos ricos en betacarotenos, como son el tomate, la zanahoria y la calabaza, que también preparan la piel para protegerla del sol.
Factores de riesgo
La doctora Nayra Merino apunta que dentro del grupo de personas con riesgo especial son aquellas que tienen más de 50 nevus en el cuerpo, antecedes familiares o personales de nevus displásicos (atípicos) o melanoma, aquellas que han sufrido quemaduras solares en la infancia o que trabajan o hacen deporte al aire libre. También incluye en este colectivo a los pacientes que están en tratamiento con medicación inmunosupresora (trasplantados) y los usuarios de camas bronceadoras. Éstas últimas, agrega la especialista, están totalmente desaconsejadas desde el punto de vista dermatológico.
Por último, recuerda que es necesario que las personas se autoexaminen los lunares y lesiones cutáneas y que consulten a su dermatólogo ante los siguientes signos: asimetría en la forma; bordes irregulares; más de dos colores, cambios en el color o un color irregular; un diámetro mayor de 6 milímetro o de crecimiento rápido; y sangrado o p