¿Ha intervenido Hospiten en la paralización del Hospital Público del Sur de Tenerife? [Artículo de Opinión]

¿Ha intervenido Hospiten en la paralización del Hospital Público del Sur de Tenerife? [Artículo de Opinión]

Por: Toño Linares.-

Parcialmente podemos leer un informe del año 2003, en donde no existe ningún anagrama de la empresa hospitalaria privada Hospiten, pero glorifica sus éxitos y actividades médicas, además que en una de sus páginas se observa el envío, vía fax, desde Hospiten Rambla, del 2 de septiembre, demostrando que se trata de un expediente interno de la empresa, para justificar la creación de un segundo centro hospitalario privado en la zona, o bien la paralización de uno público. En su apartado de conclusiones, tilda de demagógicas las fórmula de “todo público”, exponiendo que la administración pública, “independientemente, del partido gobernante, ha tomado carta de naturaleza el concepto de eficacia en la gestión del dinero público en función del criterio de coste-efectividad o, en nuestro caso, gasto-efectividad.” Dando por hecho que los partidos políticos bendicen sus acciones y peticiones. Todo esto lo argumentan reconociendo la opción de la construcción de un hospital de agudos en la zona “Sur II de Tenerife”. El documento aclara que “Hospiten Sur ha venido actuando de hecho como hospital comarcal dando apoyo a los centros de salud, al CAE de Arona y al 112 (Base de ambulancias) evitando desplazamientos innecesarios para la realización de estudios, diagnósticos y procedimientos terapéuticos, dando, en suma, un entorno de alta calidad tecnológica y humana a la asistencia de la zona”. Exponiendo de esta manera que es este centro privado quien ha dado y da, la asistencia necesaria a los residentes de esta parte de la isla, al tiempo que se puede interpretar como una defensa desesperada, en caso de la apertura de un Hospital Público, pues son concientes de que se verían perjudicados sus ingresos. Alegan que este centro privado es un “importante valor añadido” a la actividad económica principal que es el turismo, auto-otorgándose, el mérito de incrementar la calidad en la zona, para ello piden que, “cualquier decisión política que se quiera dar soluciones adecuadas a la demanda asistencial existente de la zona contemplada, debe contar necesariamente con los recursos existentes, superando la dialéctica público-privado por la de coste-efectividad…”, justificando este argumento con el coste que tendría un hospital privado y, que su mantenimiento anual sería similar al de su construcción, pero obvian decir que un Hospital público es más eficaz técnicamente, que su coste de mantenimiento quedaría solventado con el recorte en concierto, con el ahorro en transporte sanitario, además del gran beneficio social que ello representa y, que ya ha quedado demostrado que la sanidad privada le sale más caro al contribuyente que un servicio público. La construcción del Hospital Público del Sur de Tenerife ha dejado de ser una asignatura pendiente, por parte de las organizaciones políticas, para ser una gran mentira, viendo como cuando estos partidos están en la oposición claman por dicho centro y, cuando obtienen la responsabilidad de gobierno, sólo declaran excusas para dilatarlo mas, de ahí que se pueda afirmar y, viendo este informa parcial se acentúa, que la política sanitaria no se aprueba en los plenos institucionales, sino que viene dictada desde el empresariado sanitario. También en esta macabra falsedad, juegan un papel importante las organizaciones civiles, que amparándose en una representatividad inexistente, aceptan que unos pocos ganen muchos para que al restos nos caigan migajas, llegando incluso a pactar la miseria para justificar el mal menor. Casi trece años después de aprobarse por unanimidad la toma en consideración de la I.L.P. para la creación de un Hospital Público para esta parte de la isla, la única diferencia existente es que existe una deuda de once millones de euros, según la constructora, por las obras realizadas. Así que parafraseando la terminología militar, desde el sur de Tenerife, puede notificar, a los intereses privados de la sanidad: “Sin novedad en el frente”.