Más de 70 personas trabajan en el cuidado de la red de senderos y áreas recreativas de Anaga y Teno

Más de 70 personas trabajan en el cuidado de la red de senderos y áreas recreativas de Anaga y Teno

La consejera de Gestión del Medio Natural y Seguridad, Isabel García,
explica que es fundamental mantener la red de senderos y áreas
recreativas de ambos parques en el mejor estado posible, por
seguridad tanto para los visitantes como para los usos tradicionales de
la población local

El Cabildo de Tenerife, a través del área de Gestión del Medio Natural y
Seguridad destina al cuidado y mantenimiento de los Parques Rurales de Anaga y
Teno un total de 72 personas, pertenecientes tanto a la propia plantilla de la
institución insular como a encargos a las empresas públicas Gesplan y Tragsa o
personal de convenios de empleo como es el caso del Programa de Empleo para la
Transición Ecológica (PETE)
“En el Parque Rural de Teno trabajan 38 personas que se ocupan del
mantenimiento habitual y necesario de parque, y entre ellos hay siete de nueva
incorporación al programa PETE”, ha indicado la consejera de Gestión del Medio
Natural y seguridad, Isabel García, quien ha añadido que en Anaga “desarrollan
sus labores 25, más 9 del mismo programa de empleo, que centran su trabajo en
labores de mantenimiento y mejora de senderos y pistas del Parque”.
Este programa trata de desarrollar proyectos generadores de empleo en
materia de lucha contra el cambio climático y la transición ecológica justa, y
comporta la contratación de personas trabajadoras desempleadas.
“Ambos parques gestionan una extensa red de senderos, sobre la que se
centran los esfuerzos de mantenimiento para garantizar la seguridad y el disfrute
de los usuarios, tanto visitantes como población local”, ha indicado la consejera.
No obstante, este personal además atiende funciones de control de flora
exótica, mantenimiento y cuidado de las áreas recreativas y de acampada, y
mejora de las vías rurales.
La isla de Tenerife cuenta con dos parques rurales, el de Teno y el de
Anaga, que comparte protección con la figura de Reserva de la Biosfera. Esta
denominación se aplica sobre espacios sobre cuya gestión se actúa de manera que
se consiga armonizar la conservación con las actividades de uso público y
desarrollo local. Se trata de zonas en las que coexisten las actividades agrícolas y

ganaderas o pesqueras con procesos de importancia ecológica, dando lugar a un
paisaje de gran interés. Su finalidad principal es la conservación de todo el
conjunto, mediante el desarrollo armónico de las poblaciones locales y la mejora de
sus condiciones de vida.